La pizarra de Yuri: Hijas de la Lluvia 01: la Fórmula del Dragón.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Hijas de la Lluvia 01: la Fórmula del Dragón.

Y la Tierra era un infierno de lava, azufre y fuego cubierta por un manto de nubes plomizas, ardientes, barrida por tormentas de meteoritos.

Entonces, rompió a llover. Una lluvia ácida, sucia, caliginosa, pestilente.

Y la Tierra se enfriaba. Y siguió lloviendo.

Y la lluvia creó océanos y lagunas y remansos, y los llenó de diamantes negros arrancados de todas partes.

Y en la tranquilidad de los remansos o entre volcanes submarinos, los diamantes bastardos se tornaron en pócimas maléficas a puro extrañas.

Tan extrañas que, encantadas por la luz de los primeros arco iris, alguna de ellas cometió la osadía de reproducirse a si misma. Y otra vez. Y otra. Y aún otra más, hasta el infinito.

Cada vez más compleja. Cada vez más extraña. Cada vez más agresiva.

Y siguió lloviendo, y así nunca faltaron nuevos diamantes que la alimentaran para crear nuevas pócimas, cada vez más oscuras, más intrincadas, más malignas.

De vez en cuando el Cosmos estuvo a punto de destruir la anomalía, lanzándole fuego y hielo devastadores. Casi lo logró. Pero la anomalía era feraz; y no sólo fue capaz de sobrevivir, sino que cada vez retornó más fuerte, más distinta, más poderosa.

Puede que a modo de venganza por los infinitos hijos perdidos, pues siempre fue hembra y valiente, vio que seguía lloviendo y que la tierra era tan húmeda como ella. Y salió del mar, y conquistó la tierra.

Y el fuego y el hielo aniquiladores volvieron una vez, y otra, y otra. Y ella sobrevivió una vez, y otra, y otra, cada vez más hábil, más ingeniosa, más resistente.

Tanto que un día, quizás bajo la lluvia, húmeda como la lluvia, miró a su amante y en sus ojos ya no había sólo instinto ciego.

Y después, cuando las nubes se abrieron, miró, plácida, a las estrellas.

Y en sus ojos brillaba la misma luz. Y se regodeó en su victoria.


La fórmula del dragón

Entonces, la hija de la lluvia, como todos los niños demasiado inteligentes, se quedó en un rincón del patio espantada de si misma.

Buscó otros en los que mirarse para comprender su propia rareza, su propia singularidad. Y no quedaba nadie.

Revolvió tierras y mares, llanuras y montañas, bosques y desiertos, más sólo halló presas y mascotas. Queridas, entrañables, de sentimientos puros y lealtad inquebrantable. Pero sólo mascotas. Nada en cuyos ojos mirarse para entender su propia luz y sus propias tinieblas.

Tan inteligente era, que estaba infinitamente sola. Y ya se sabe que los niños solitarios son tristes. Que los niños solitarios no pueden aprender lo verdaderamente importante.

Así que, como hiciera aquella primera vez, alzó de nuevo su mirada a las estrellas. Comprendiendo que, de existir, sus amiguitos habrían de estar allí. Y para empezar, quiso descubrir si realmente era posible que los hubiera, y si querrían hablar con ella.

Lista como es la diablilla, resumió sus esperanzas y las escribió en el idioma en que está escrito todo lo que existe:

N = N* fp ne fl fi fc fL

Lo llamó Ecuación de Drake. Drake, el Dragón. Y con la fórmula del Dragón en las manos, se dispuso a buscar a sus iguales. Deseándolos, en el fondo de su corazón, mejores. Temiéndolos, en el fondo de su mente, peores. De un modo u otro, necesarios.

Próximo capítulo en La Pizarra de Yuri el jueves, 10/09/2009: Los que cuentan estrellas

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3 comentarios:

  1. La magia de que lo singular esté en todas partes... o en ninguna,

    de que lo insignificante se abra paso hacia el infinito,

    de una épica búsqueda hacia lo desconocido.

    Es tan real... que parece irreal.

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  2. Jojo,la ecuacion de Drake, que recuerdos de Astrobiologia,fue una de las asignaturas mas bonitas y atrayentes de la carrera,con un enfoque muy diferente a las demas (Tambien por ser de LC)

    Esa ecuacion bien aplicada me dio un sobresaliente,jejeje

    Por cierto,muy buen blog.

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  3. Me ha encantado, ando ahora mismo buscando mas informacion sobre la ecuacion de Drake, de la cual si te soy sincero es la primera vez que oigo hablar de ella.

    Me suscribo a tu RSS de cabeza, a la espera de mas relatos como este, de mas articulos de fisica cuántica (la cual me atrae mucho pero se bastante poco), de mas historias que te hacen darte cuenta de lo poco que entendemos el mundo.

    Saludos, "hamijo".

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