La pizarra de Yuri: Esta es tu naturaleza.

jueves, 13 de mayo de 2010

Esta es tu naturaleza.

Hoy nos vamos de paseo hasta el fondo de ti.

La semana pasada, viajamos muy atrás en el tiempo para desentrañar un poquito de dónde vienes (y vengo, y venimos).

La anterior, viajamos muy lejos en el espacio para descubrir dónde estás (y estoy, y estamos).

Hoy vamos a viajar también muy allá, pero hacia adentro. O sea, muy aquí. Por el camino, trataremos de arrojar un poquito de luz sobre lo que eres (y soy, y somos).

Hay una cosa que debo decirte, honestamente: no lo sabemos todo. Tardaremos aún algún tiempo en saberlo todo, o casi todo. Pero en estos dos o tres siglos que llevamos de método científico, hemos aprendido ya unas cuantas cositas. Más de lo que muchos creen. Pensar que lo sabemos todo sería de una vanidad infinita; pero creer que no sabemos nada es de una ignorancia bastante cañera. Tenemos un muy buen marco de lo que pasa en este universo, muy sólido. Nos falta, sobre todo, el esquema grande; el muy grande. Y profundizar aún mucho más en lo que sabemos. Y, por supuesto, descubrir todas esas cosas nuevas y maravillosas que están esperándonos detrás de cada rincón de la realidad aguardando a que seamos capaces de estudiar un poco más, de aprender un poco más, de pensar y sentir un poquito mejor.

Sin embargo, como te digo, ya no somos tan ignorantes como éramos (porque antes de tener el método científico éramos ignorantes como piedras). En las distancias cercanas, hemos llegado muy, muy hondo. Si me dejas, vamos a ver lo hondo que podemos llegar hoy dentro de ti (y de mí, y de nosotros).

Eres hija de la lluvia.

Decíamos que hace dos semanas viajamos por los senderos de la astronomía y la astrofísica para llegar a nuestro hogar: Universo, Supercúmulo de Virgo, Vía Láctea, Brazo de Oríon, Cinturón de Gould, Sol, Tierra. Etcétera.

Y hace una, recorrimos el largo camino de la biología para alcanzar nuestro origen: homínidos, primates, mamíferos, animales, pluricelulares, biosfera terrestre. Y demás.

¡Vaya! Cualquiera diría que hay un cruce de caminos bastante claro para comenzar a explicarnos a nosotros mismos: la Tierra. Y las dos primeras ciencias que nos permiten hacerlo son la geología y la química. Específicamente, la geología superficial y la química del carbono.

Pues –como ya dije antes en este blog– existimos en una minúscula, delgadísima lámina de realidad entre el abismo abrasador y el cosmos helado: la biosfera terrestre. Resulta difícil enfatizar lo muy pequeño y estrecho que es este lugar: apenas se extiende desde un poco por debajo del fondo de los océanos hasta la zona alta de la estratosfera. En un universo de miles de millones de años-luz, en un planeta con casi trece mil kilómetros de diámetro, eso son sólo cincuenta mil metros, paso arriba, paso abajo.

Todo lo que somos, casi todo lo que amamos, existe en esa estrechísima franja vertical de cincuenta kilómetros. Como de Madrid a Aranjuez. O de Barcelona a Manresa. O de Buenos Aires a Colonia Sacramento. O de Valencia a Burriana. Si fuera horizontal, se podría recorrer de punta a punta con el puñetero metro. O con el cercanías, que lo mismo me da.

Nuestra historia comenzó con la lluvia. Fue el día en que esta Tierra nuestra comenzó a llover los gases producidos durante su formación cuando se sentaron las bases de la vida. De manera muy destacada, un gas relativamente común en el universo que se vuelve líquido por debajo de 100 ºC de temperatura: el agua, resultado de la combinación entre el hidrógeno y el oxígeno. El hidrógeno (específicamente el hidrógeno-1) es el elemento más común de este universo, y la inmensa mayor parte de la materia que se generó durante el Big Bang. Después viene el helio, que es un gas noble y apenas reacciona con otras cosas. Y a continuación el oxígeno (oxígeno-16): el tercero más común de nuestra galaxia. Esta abundancia de hidrógeno y oxígeno, que se combinan fácilmente en forma de H2O, hacen que el agua sea frecuente en nuestro sistema solar y en todas partes en general. Es agua entre el 55% y el 78% de lo que eres, soy, somos.

Así pues, conforme la temperatura del planeta fue descendiendo después de la formación del sistema solar, el vapor de agua alrededor de la Tierra pasó a estado líquido y comenzó a llover. Las depresiones y simas empezaron a llenarse de agua, formando ríos y mares y océanos. Así comenzó nuestra historia.

Pues el agua presenta muchas otras propiedades interesantes, y la más importante de ellas para la vida es su cualidad de disolvente universal a temperaturas planetarias bastante típicas y compatibles con la química del carbono (que es el cuarto elemento más corriente del universo). Son muchos los átomos y moléculas que se dispersan fácilmente por el seno del agua, permitiendo su fácil contacto, interacción y combinación. Así fueron surgiendo en la Tierra (y es de presumir que en muchos otros lugares) moléculas cada vez más complejas.

Entre estas moléculas se encuentran los aminoácidos. Un aminoácido no es mucho más que un átomo de nitrógeno (el séptimo más corriente de la galaxia) y otro de hidrógeno (el más común) enlazados químicamente con oxígeno (el tercero más habitual), carbono (el sexto) y una cantidad variable de átomos menos frecuentes, pero aún así abundantes. Nada fuera de lo ordinario, como vemos: son sólo combinaciones químicas vulgares de los elementos más comunes en nuestro universo, nuestra galaxia y nuestro sistema solar, muy facilitada por hallarse disueltos en el agua líquida de los mares terrestres (y seguramente de muchos más sitios). Glicina, alanina, triptófano, cosas así de sencillas. En las cercanías de los volcanes submarinos, al haber más temperatura y movimiento, estas reacciones se producen de manera extensiva y acelerada; pero en general suceden por todas partes.

Los aminoácidos, con el paso del tiempo, se recombinan a su vez en cadenas de átomos más largas y complejas, que llamamos proteínas. No son especialmente complicadas: sólo largas tiras de aminoácidos enganchados químicamente. Si siguen reaccionando y combinándose durante más tiempo (hablamos de cientos de millones de años), algunas de estas proteínas terminan formando cadenas enormes, muy liosas y relativamente inestables por su misma complejidad. Se rompen con facilidad, a lo largo de sus uniones químicas menos estables. Entonces, los fragmentos desestabilizados tienden a atraer nuevos átomos de esos tan corrientes, con el resultado de formar cadenas nuevas con una forma parecida a la anterior. Una y otra vez.

Eso son ya reacciones biológicas. Eso es la vida.

La vida no son más que estas cadenas moleculares de átomos corrientes en la galaxia rompiéndose y reproduciéndose a sí mismas continuamente dentro de un entorno de agua común. Con el paso del tiempo (más cientos de millones de años) se van volviendo más y más complicadas, estableciendo nuevos tipos de uniones y combinaciones, hasta formar células, seres pluricelulares, plantas, animales, tú y yo y nosotros.

A lo largo de los eones, estas cadenas de átomos corrientes han ido recogiendo por ahí otros más raros (pero aún así, nada infrecuentes). Tu cuerpo y el mío están así formados de los muy vulgares oxígeno (65%), carbono (18%), hidrógeno (10%) y nitrógeno (3%); la mayor parte, en forma de agua (hidrógeno + oxígeno) y bases aminoácidas (nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, carbono). El resto de las cosas que hemos ido pillando por ahí a lo largo de la larguísima historia de la vida son calcio (1,5%), fósforo (1,2%), potasio (0,25%), azufre (0,25%), cloro (0,15%), sodio (0,15%), magnesio (0,05%), hierro (0,006%), flúor (0,0037%) y otros cuantos más en cantidades marginales, hasta un total de sesenta elementos sobre los aproximadamente cien que se dan de forma natural en el universo, en la galaxia y en el sistema solar.

En la historia de la vida, las invaginaciones en el abdomen inferior de los seres pluricelulares son muy anteriores a las proyecciones. Cuando esta historia se reproduce en el desarrollo embrionario, como vimos en el post anterior, ocurre lo mismo (¿te has fijado alguna vez en esa especie de costurón o cicatriz que hay a lo largo de los genitales de los chicos, por la parte de abajo? Se llama el rafe, y no es otra cosa que el cierre de la invaginación primigenia –no muy fino; un buen cirujano lo haría mejor–). Como todos tuvimos raja antes que ninguna otra cosa (en la historia de la vida y en nuestra historia personal), y pudimos surgir porque empezó a llover, a mí me gusta decir que todos y todas somos hijas de la lluvia.


Evolución de un embrión humano en el útero materno (semanas 3ª a 8ª).


Eres polvo de estrellas.

Pero, ¿de dónde salieron todos estos átomos y elementos, para que pudieran llegar a ser tan comunes en nuestra galaxia y por tanto en la Tierra?

Aún no sabemos con exactitud cómo se formó el universo. Sabemos que el componente esencial de este proceso de formación fue la explosión total a la que llamamos Big Bang, ocurrida hace ahora unos trece mil setecientos millones de años. Esta explosión sigue sucediendo en la actualidad: a eso se debe la inflación cósmica, que constituye la característica más notable de nuestro universo. Seguimos cabalgando la gran explosión, atenuada después de todo este tiempo pero gran explosión, y seguiremos haciéndolo hasta los momentos finales del universo. En ciencia, es la alta física quien estudia de qué manera pudo ser esto. Y, ¿sabes una cosa? Lo vamos a descubrir. Tardaremos más o tardaremos menos, pero lo vamos a descubrir.

En realidad, empezamos a tener ya una buena idea del proceso a grandes rasgos. Nos falta el detalle fino, y la naturaleza última del mismo. Para llegar hasta ahí, nos faltan tres escalones: una Teoría de la Gravedad Cuántica, una Teoría del Campo Unificado, y finalmente una Teoría del Todo (seguramente sabrás ya a estas alturas que la teoría –a diferencia de lo que cree el lenguaje vulgar– constituye el nivel más alto del conocimiento humano: un conjunto global de leyes demostrables y/o demostradas que explican la totalidad de un fenómeno; quienes dicen cosas como eso sólo son teorías confundiendo teoría con hipótesis o incluso conjetura no hacen sino manifestar su ignorancia).

Tenemos mucha certeza, por ejemplo, de que al mismo inicio del proceso se produjo la aparición de la dualidad entre materia y energía que viene estudiando la mecánica cuántica. Esto sucedió muy pronto, en la primera fracción de segundo, tan proto como cero coma treinta y seis ceros uno segundos (10-36 s.). O incluso antes, hacia la frontera del Tiempo de Planck. Desde prácticamente los primeros momentos, este universo nuestro fue materia y energía a la vez. La hipótesis más aceptada sobre el modo exacto como esto se produjo es el Mecanismo de Higgs, a través de la llamada popularmente partícula de Dios, partícula-dios o más técnicamente el bosón de Higgs. Según este modelo, el bosón de Higgs debe seguir por aquí después de todo este tiempo, y hemos empezado a buscarlo ya con instrumentos como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN. Si resolvemos esta cuestión –la naturaleza profunda del vínculo entre energía y materia–, estaremos mucho más cerca de saber cómo empezó todo. Además de abrir el paso a nuevas ciencias energéticas y de materiales que pueden llegar a ser tan sorprendentes como la fusión nuclear podría serlo para alguien de la Edad Media.

Tenemos asimismo mucha seguridad de que la materia formada en estos primeros instantes fue sobre todo hidrógeno. Esto lo estudia también la física, a través de la bariogénesis y la nucleosíntesis primordial. Cuando se completó el surgimiento de nuestro universo, había sobre todo hidrógeno (hidrógeno-1, hidrógeno-2 o deuterio e hidrógeno-3 o tritio) más una pequeña suma de helio (helio-3 y helio-4), litio (litio-6 y litio-7) y berilio (berilio-7 y berilio-8); estos últimos en cantidades despreciables.

No tiene nada de extraño, y de hecho es lo más lógico. Si has seguido los numeritos habrás visto que van del 1 al 7, en proporción cada vez menor. Estos numeritos definen el isótopo exacto del elemento al que hacemos referencia; se trata simplemente del número atómico, es decir, el número de protones en su núcleo. Esta explosión primordial fue muy bruta, muy primario, y sólo pudo formar los siete primeros aglomerando pequeños núcleos de protones y sus correspondientes neutrones: la formación de átomos más grandes, pesados y complejos estaba totalmente fuera de su alcance. Esto, en lo que respecta a la materia bariónica (la materia de la que estamos hechos tú y yo, y casi todo lo que ven nuestros ojos y tocan nuestras manos). Se formó mucha más materia oscura, de la que tenemos buenos motivos para pensar que está constituida por cosas aún más básicas, todavía por descubrir (neutralinos, axiones, neutrinos estériles, WIMPs, etcétera). Y puede que una pequeña cantidad de otra materia no bariónica y materia extraña.

Todo lo cual resulta radicalmente insuficiente para formar algo como el sistema solar, y no digamos ya la vida terrestre. Demasiado básico, demasiado primario.

Por suerte, el hidrógeno primordial comenzó a acumularse, atraído entre sí por su propia gravedad (una característica fundamental de la masa, de la materia). Primero lo hizo en forma de nebulosas, y después terminó concentrándose en determinados puntos, formando esferas de hidrógeno cada vez más y más densas. Al hacerse más densas, aumentó la presión y con ella la temperatura. Hasta tal punto, que comenzaron a encenderse por fusión nuclear. Habían nacido las primeras estrellas. Pronto, conforme más hidrógeno primordial se iba concentrando en estas esferas súper-densas, comenzaron a aparecer por todo el universo. Y el universo se iluminó, con una miríada de estrellas, organizándose como galaxias. Billones y billones de estrellas en cientos de miles de millones de galaxias, consumiendo hidrógeno cada vez más deprisa.

La fusión nuclear se caracteriza por unir dos o más de estos átomos primordiales en otros más complejos, liberando energía en el proceso. Al principio, no mucho más complejos: la reacción de fusión más corriente del universo está compuesta por hidrógeno que se une entre sí, formando helio y algo de litio y berilio. Con lo que no hemos ganado gran cosa.

Sin embargo, una estrella está en equilibrio entre la fuerza hacia adentro ocasionada por su gravedad y la fuerza hacia afuera causada por la fusión nuclear (que es una explosión sostenida). Conforme la estrella va agotando su hidrógeno, como vimos en este otro post sobre los agujeros negros, la energía hacia afuera generada por la fusión nuclear se va disipando, y la gravedad hacia adentro vuelve a ganar la partida. Así, estos soles vuelven a comprimirse sobre sí mismos hasta que alcanzan tanta presión y temperatura que son capaces de fusionar helio (del primordial y del que han ido generando) en vez de hidrógeno. Esta reacción es mucho más interesante para el surgimiento de la vida.

Normalmente sólo produce berilio-8, que es inestable y se vuelve a romper rápidamente en forma de helio, con lo que tampoco hemos ganado gran cosa. Pero si la estrella es lo bastante grande y térmica, como una gigante o supergigante roja, entonces empieza a generar también átomos mucho más grandes y complejos: carbono-12 y oxígeno-16. En grandes cantidades. Un átomo de berilio-8 son sólo dos átomos fusionados de helio-4. Un átomo de carbono-12, tres átomos fusionados de helio-4. Un átomo de oxígeno-16, cuatro átomos fusionados de helio-4. Así de fácil. Esto se conoce como el proceso alfa, mediante el que una estrella de buen tamaño crea un montón de elementos complejos cuyos núcleos atómicos son múltiplos del helio-4.

¿Recuerdas? Hidrógeno, oxígeno, carbono. Ya sólo nos falta el nitrógeno para tener las bases de la vida. En realidad, ya se ha estado formando también durante todo este proceso, mediante el ciclo CNO. En lo que muy bien podría ser el sueño de un alquimista, el hidrógeno primordial transmuta dentro de las estrellas en helio, carbono, nitrógeno, oxígeno y otras muchas cosas. La materia de la vida, la materia que nos compone a ti y a mí, ya se han formado en estas grandes estrellas.

En un determinado momento, estas grandes estrellas estallan en forma de supernovas. Entonces, todos estos átomos son despedidos a inmensas distancias y comienzan a aglutinarse de nuevo en estructuras más pequeñas. En nuevas estrellas y discos de materia a su alrededor, que terminan formando sistemas solares. Sistemas solares como el nuestro, donde puede surgir la vida que conocemos. Excepto el hidrógeno, toda la materia que compone la Tierra y nos compone a ti y a mí surgió en estas grandes estrellas a lo largo de la historia del universo. En acertadísima expresión del genial Carl Sagan, eres, soy, somos polvo de estrellas.

Eres el espejo de Alicia.

Toda esta materia que nos compone existe en este universo como dualidades onda-partícula (es decir: es materia y energía a la vez), que además conserva su memoria y seguirá haciéndolo hasta el fin de los tiempos.

La materia bariónica (esa que podemos tocar, y tocarnos) está compuesta de moléculas y átomos y todo eso. Si seguimos viajando dentro de los átomos y las moléculas que nos forman a ti y a mí, pronto encontraremos un universo cuántico que normalmente no ven los ojos, pero está ahí. Y mucho. Tanto, que constituye nuestra verdadera naturaleza profunda. El universo macroscópico, el que ven nuestros ojos, no es más que la resultante de todos los fenómenos clásicos, relativistas y cuánticos que constituyen su ser.

Todas las partículas subatómicas presentan comportamiento cuántico; cuanto más pequeñas son, más evidente se vuelve. La primera característica de esta naturaleza cuántica es la dualidad: todo se comporta a la vez como onda y como partícula. Como materia y como energía, simultáneamente; su interacción con el resto de la realidad (llamada el observador, término desafortunado porque supone alguna clase de consciencia que no es tal) determina cuándo lo hace de una manera o de otra. Estamos a ambos lados del espejo de Alicia a la vez.

Eres esencia del cosmos.

Estamos formados por moléculas. Nuestras moléculas están formadas por átomos. Los átomos están compuestos por protones, neutrones y electrones. ¿Y de qué están hechos estos protones, neutrones y electrones?

Los electrones son ya una onda-partícula fundamental en sí misma: un tipo de leptón, de la familia de los fermiones. Son los responsables inmediatos de todas las interacciones químicas de las que hemos hablado, cuya naturaleza es esencialmente electromagnética.

El protón y el neutrón son hadrones (también de la familia de los fermiones), pero no son tan fundamentales: están compuestos por quarks, la verdadera onda-partícula fundamental del núcleo atómico. Las partículas del núcleo atómico de toda la materia bariónica (como tú) está compuesta por tres quarks. El protón está formado por dos quarks arriba y un quark abajo; el neutrón, por dos quarks abajo y uno arriba.

Estos quarks y leptones y demás se vinculan entre sí a través de las cuatro fuerzas fundamentales: cromática, electromagnetismo, débil y gravedad. Y estas fuerzas o energías están a su vez vehiculadas por cuatro onda-partículas: el gluón, el fotón, los bosones W y Z e, hipotéticamente, el gravitón. El único que queda por demostrar en estos momentos es el gravitón; la gravedad es una fuerza tan increíblemente débil (aunque no lo parezca) en comparación con las otras tres que su partícula hipotética interacciona muy poquito con la realidad. El LHC del CERN también se dispone a buscar pruebas (aún indirectas) de la existencia del gravitón. Todas tienen un comportamiento muy parecido y obedecen a la teoría de campos clásica y cuántica.

Las especialidades de la física que estudian estas fuerzas fundamentales son la cromodinámica cuántica, la electrodinámica cuántica, el modelo electrodébil y la teoría de la relatividad general. En estos momentos, ya nos ha sido posible unificar en gran medida el electromagnetismo y la fuerza débil, a través de la teoría electrodébil. Cuando logremos unificar las cuatro en una teoría del campo cuántico, estaremos en el último escalón antes de la Teoría del Todo.

Actualmente, sistematizamos estas onda-partículas que constituyen nuestra materia y nuestra energía en el Modelo Estándar (imagen a la izquierda). Este modelo, seguramente, es aún incompleto: hay indicios fuertes para pensar que existen algunas más, o que en realidad forman parte de estructuras más esenciales que todavía se nos escapan. Poco a poco. En todo caso, la materia y la energía que te forman a ti son indudablemente la misma materia y energía que constituyen la totalidad del cosmos. Eres esencia del cosmos.

Eres tú.

Universos paralelos aparte, la probabilidad de que haya surgido o vuelva a surgir alguna vez un ser idéntico a ti es absurdamente baja. Somos muy pequeñitos, muy pequeñitos, muy débiles y muy frágiles, aunque también únicos. Tampoco te crezcas demasiado: todo en este universo es igualmente único, esencia del cosmos, polvo de estrellas, espejo de Alicia, parte indisoluble de la naturaleza de la realidad. Hija de la lluvia, allá donde haya formas de vida parecidas a las nuestras. El mismo viento y la misma lluvia que nos trajo, se nos llevará. Aunque nuestra memoria permanecerá mientras siga existiendo este universo, integrada inextricablemente en el mismo tejido último de la realidad.

Si te ha gustado esta miniserie, es probable que te guste también Hijas de la Lluvia, publicada anteriormente en este mismo blog.

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28 comentarios:

  1. Como siempre, genial y espléndido. Estuve por decirte una vez que tenías que estar trabajando en algún blog profesional y mira por dónde te cogen en público. Enhorabuena crack. Ahora muchos más podrán disfrutar de tu calidad.

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  2. El problema de estas teorias cuanticas, es que dan pié a que un monton de "mangufos" se aprovechen de los demás con pulseritas de vibracion y otras milongas. Para un lego en la materia, todos estos conceptos escapan tanto de su imaginacion que luego viene cualquiera, le cuenta un cuento y se lo cree.

    Por otro lado te doy la enhorabuena por el caracter didactico de tu blog, es mas facil comprender todo nuestro entorno despues de leerte.

    Saludetes!

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  3. "pero creer que no sabemos nada es de una ignorancia bastante cañera"

    Primero, el 99% de nosotros, en una isla desierta con todas las materias primas del mundo no seríamos capaces de hacer ni una cerilla. Unos pocos saben demasiado, y los demás no sabemos nada. Ya no te digo una televisión, un vehículo o un avión.

    Segundo, si en tan sólo 100 años "hemos", entre comillas, evolucionado y aprendido tanto, creo que la cantidad de cosas que restan por descubrir es tan basta, que la diferencia es como comparar 1 con ∞. Por eso cuando dicen "no sabes nada" es relativo. Comparado con 0 es mucho lo que sabemos, pero comparado con todo lo que se puede saber, no sabemos nada.

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  4. Esplendido Yuri. Te he conocido a partir de Publico.es y creo que ya no voy a dejar de leerte/oírte. Un saludo.

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  5. Sublime. ¿te atreves a adentrarte en la psique humana?....sería el colofón definitivo.

    Una vez más, reitero: GRACIAS.

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  6. Bercebus: gracias. :-)

    Darkpro: supongo que es inevitable. Pero para eso, precisamente, está la divulgación. A ver si me animo, que hace tiempo que tengo ganas de hacer una serie sobre mecanocuántica...

    Ibra: Es cierto lo que dices; hay ya en estos momentos un abismo enorme entre el "tope gama científico" y la mayoría social. Este abismo no puede hacer otra cosa que irse incrementando conforme la ciencia siga avanzando con la aceleración presente. De ahí los esfuerzos divulgativos, que yo creo que tendrían que ser mucho más amplios y mejor dotados, porque es necesario. En otro orden de cosas, aunque seguro que hay cosas inmensas esperándonos detrás de los rincones de la realidad, ahora mismo tenemos ya un muy buen "marco de referencia" de este universo.

    Cherniakovski: Gracias. :-)

    Dani: Ese es precisamente uno de los campos donde aún "no sabemos casi nada". :-D La "década de la mente" se quedó muy lejos de aportar nada ni remotamente parecido a una comprensión esencial de la psique humana, como la que tenemos ya de muchas otras cosas. Por tanto, ni yo ni nadie estamos en situación de hacer ese "último viaje" en la actualidad, y seguramente tardará aún un poco. Tiempo al tiempo. :-)

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  7. Yuri, no hay prisa. No cabe duda que uno de los mayores retos es el del estudio de nuestro cerebro y ahí la física de lo más pequeño tiene mucho que decir aún.....tranquilo que tú y yo lo veremos, seguro que algún chavalín/a que lea ahora tu blog y encuentre la vocación y la inspiración que encontraron otros muchos a hombros de gigantes que influyeron en su destino, nos llevará a descubrir nuevos misterios (y con todo el rigor de la ciencia, of course).

    Yo por si acaso, y por si cuela, empezaré a leerle tus entradas poquito a poco a mis hijos... ;-)

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  9. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  10. Yuri , sigo insistiendo , quiero otro articulo sobre Chernobyl! no necesariamente sobre los 3 superheroes , sino algo que hable sobre chernobyl, es un tema interesantisimo!

    PD : Tu aporte , como siempre , INCREIBLE

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  11. Giuliano: como están repetidos, te quito los dos primeros mensajes y te dejo el tercero, ¿vale? :-)

    En todo caso, tomo nota de tu fehaciente petición. ;-) El caso es que hace tiempo que quiero escribir algo de fondo sobre lo sucedido en Chernóbyl. A ver cuándo encuentro el rato.

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  12. Muy buena entrada Yuri, bien explicado como siempre.

    Yo, ya puestos, iba a pedir a ver si un día nos cuentas algo mas mundano como por ejemplo algo relacionado con la crisis o algo de política internacional, relaciones, que se cuenta por el Poltburo...xD

    Bueno un saludo!

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  13. Yuri, lo primero felicitarte por la increible capacidad que tienes para escribir de forma entretenida y coherente sobre ciencia, aparte de las búsquedas de fuentes interesantes y poco conocidas (siempre me han fascinado las historias sobre los avances científicos -y también los problemas- en territorio soviético con lo que es una maravilla encontrarlo aqui expresado de una manera tan genial).

    Es por ello que tengo que hacerte una pequeña puntualización, en el siguiente párrafo:
    "No tiene nada de extraño, y de hecho es lo más lógico. Si has seguido los numeritos habrás visto que van del 1 al 7, en proporción cada vez menor. Estos numeritos definen el isótopo exacto del elemento al que hacemos referencia; se trata simplemente del número atómico, es decir, el número de protones en su núcleo"
    cometes un pequeño fallo al confundir el número Atómico con el número Másico; es el número másico (suma de protones y neutrones) el que nos indica los diferentes isótopos; ya que de manera burda es el número de protones lo que definen a los diferentes elementos (todo lo que tenga dos protones en el núcleo será Helio, pero dependiendo del número de neutrones y electrones serán distintas "variedades" de Helio). Por lo demás sigue siendo un placer leerte, lo único malo que no escribas tan a menudo como uno desearía :D

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  14. Si encontras un tiempo estaria buenisimo que hagas eso de Chernobyl porque es un tema demasiado interesante!

    Muchas gracias por responder!

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  15. Voy por la mitad ,repitiendo la lectura de los párrafos tres veces.
    Sigo con otra cuarta parte esta noche ,mañana termino y el sábado aprovecho para repaso general.
    Todas las semanas releo los post anteriores.
    Esto ya son palabras mayores de entrega cultural para desemburrar"SUPERBURROS".

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  16. Hola Yuri, vengo a chivarme que hay uno que te copia los posts:

    http://esohavuelto.blogspot.com/

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  17. Yuri, este es un articulo soberbio. De lo mejor que he leído últimamente, revelador a la vez que claro, sigue así, estás que te sales.

    Una cosita, que no se si es error mio de comprensión o fallo tuyo: En un determinado punto de la parte de "Eres hija de la lluvia" dices que el carbono es el cuarto elemento más abundante, pero luego en el párrafo siguiente dices que es el sexto.

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  18. Muy bueno Yuri, me ha gustado mucho la serie, sigue así, y enhorabuena de nuevo por lo de Público.

    Saludos

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  19. Gracias Yuri por estas páginas amenas y llenas de sabiduría que nos ofreces.

    Quiero exponer un temor que me gustaría fuese falso:

    Si, en cada instante, cada universo se dividiera en una infinidad de universos y así sucesivamente en forma de árbol. De forma que se dieran en ellos TODOS LOS CAMINOS posibles...

    Y, suponiendo que cada uno de ellos tenga una cantidad FINITA de partículas (aunque esta cifra sea enorme, algo así como 10 elevado a 80 partículas)...

    Y, suponiendo también que el tiempo no se acabe...

    Entonces, como el número de ordenaciones de todas esas partículas es finito, y el tiempo infinito... llegará un momento (increíblemente lejano) en el que cada universo repita una configuración anterior.

    De acuerdo con esto, nuestra vida se repetiría una infinidad de veces. Y también lo harían una infinidad de avatares nuestros infinitesimalmente diferentes de nosotros...

    Esto haría desaparecer la idea de que seamos "únicos" y tengamos libre albedrío, lo cual, como dije al principio, resultaría filosóficamente triste.

    Bueno, y esto sería cierto también si, en lugar de ese árbol infinito de universos, solo existiera éste.

    Creo (no estoy muy seguro) que estas ideas ya son antiguas, y que Nietzsche ya las usó en sus escritos.

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  20. que buen espacio..y tan educativo..gracias!!!

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  21. Gracias por los artículos tan interesantes que escribes. Divulgación y a la vez amenos de leer. ¿Quien dice que la ciencia es aburrida?

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  22. Yuri!!

    Que el del blog: http://esohavuelto.blogspot.com se te está sublevando, échale a Laika que le ataque!!

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  23. Buenas, te acabo de descubrir por Público, y me ha gustado tanto la forma que tienes de escribir sobre ciencia que me he leido el blog enterito. Que sepas que tienes un nuevo "lector de base", así que espero no meterte mucha presión cuando te digo que visitaré el blog todos los días en busca de un nuevo post.

    Desventajas de ser tan bueno en lo tuyo :D

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  24. Samre: Bah, es que últimamente no ocurre nada interesante. :-D

    Valhalla: llevas razón, pero es que me estaba refiriendo a la serie neutrónica.

    Giuliano: igual te llevas pronto una primera sorpresa. ;-)

    Ana María: gracias por tu gran interés, y sobre todo por tu gran interés en aprender cosas. :-) Intento escribir para la gente sencilla, para que cualquier persona que sepa leer pueda entender al menos algo de lo que digo, aunque sea con un poco de esfuerzo por su parte (que yo también pongo algo por la mía ;-) ). Nunca, nunca se acaba de aprender; ni como personas, ni como especie.

    Yocontratodos: Ya se lo he comentado a Roberto en otro post... pues si me copian, que me copien, qué le vamos a hacer. :-) Sería de agradecer un enlace atributivo, pero... tampoco me voy a poner a demandar a la gente por ahí. A fin de cuentas, escribo para tratar de divulgar esto de la ciencia a la mayor parte de gente posible. ;-)

    Kereck: es posible que me columpiara (¡soy humano! :-D ). El carbono es el cuarto elemento más abundante del universo, el sexto más abundante del sistema solar y el 15º de la corteza terrestre. Si me dices dónde está exactamente, lo amplío para mayor precisión.

    Josechu: la entropía juega en contra de ese razonamiento. El razonamiento presupone que el universo va a permanecer constantemente en el mismo estado, reorganizándose más o menos azarosamente una y otra vez. Sin embargo, esto no funciona así. El constante incremento de la entropía total conduce irremediablemente a estados energéticos cada vez más bajos, en los que las "organizaciones" anteriores ya no son posibles. Aunque se podría plantear a gran escala, en términos de Big Bounces, pero eso no es más que una conjetura en estos momentos.

    Tota: a ti. :-)

    Perecos: se intenta que no lo sea. :-D

    Yocontratodos: contestación arriba.

    Orlando: suelo publicar un par de veces a la semana, casi siempre los jueves y domingos o cerca. ;-) ¡Esto no es un compromiso contractual! ¿Eh? :-D

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  25. Dices que las proteinas no son nada complejo, en realidad son tremendamente complejas y no está nada claro cómo pudieron surgir, los aminoácidos no se combinan espontáneamente para formar proteinas ni estas pueden reproducirse por sí mismas.

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  26. No entendi yuri , como que me llevare una sorpresa :/

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  27. Burke: no son mucho más complejas que muchas otras macromoléculas agregadas por polimerización. La naturaleza está llena de ellas.

    Es cierto que aún no se sabe el proceso exacto mediante el que se formó la vida, aunque existen ya numerosas aproximaciones e hipótesis (en plan introductorio, échale un vistazo a http://es.wikipedia.org/wiki/Origen_de_la_vida ). Pero lo sabremos. ;-)

    Giuliano: que pronto tendrás algo al respecto. ;-)

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  28. Buenisimo Yuri , lo espero con ansias :) YA ESTOY BABEANDO , ya lo estas preparando?

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