jueves, 4 de marzo de 2010

El 'renacimiento nuclear', en la incubadora.

Pese a toda la propaganda de los últimos años, la energía nuclear de fisión sigue más o menos donde estaba.



Hace ahora unos tres años, fuimos sorprendidos por una reactivación repentina del debate sobre la energía nuclear de fisión. De pronto, todas las agencias de propaganda habituales estaban plagadas de artículos, elegías y (falsas) propuestas para el debate para adelantar las posturas de la industria atómica civil, cuando apenas unos meses antes nadie comentaba ni mú. De hecho, resultaba bastante ridículo ver a los juntapalabras a sueldo de turno (comúnmente llamados periodistas o comunicadores) hablando de temas complejísimos de los que no tenían ni la más remota idea.

Uno, que además de defensor moderado de lo nuclear (o, al menos, contrario al histerismo anti-nuclear) ya va siendo perro viejo, fue captando los matices de este debate con los oponentes silenciados que en realidad no era sino una campaña propagandística para inculcar a las masas que la energía nuclear es lo mejor que se ha inventado desde el pan tierno y quien no lo viera así, es que debía ser un poco tontito. O un peligroso subversivo trabajando para los enemigos de Occidente. O las dos cosas a la vez. Ya dijo Goebbels que la propaganda no se hace para los intelectuales.

Evidentemente, esta campaña estaba relacionada con un intento de posicionamiento de los conglomerados energéticos, que hace décadas que vienen viendo cómo sus subsidiarias atómicas languidecen sin pena ni gloria, al calor de las subidas de los hidrocarburos durante 2006 y 2007. Quizás por vergüenza de verse asociados con esta nueva generación de nuclearistas sin la menor idea de física o economía energética, por el disgusto de sentirse manipulados o por simple realismo, mucha gente que normalmente es partidaria de la energía nuclear en distintos grados pasó de sumarse a la avalancha.

Porque la energía nuclear ni es el demonio que temen unos ni el maná que quieren imponer otros. Su seguridad ha mejorado mucho en los últimos años, pero desde el punto de vista social y económico es tan mediocre como cualquier otra. Entre el "nuclear, sí" y el "nuclear, no", las posturas más razonables se encuentran esencialmente en el medio y oscilan entre una postura y otra. Por eso, muchos países perfectamente sensatos siguen apostando por ella, y otros al menos igualmente sensatos han decidido ignorarla mediante moratorias o cierres.



Por eso, también, a pesar de los monstruosos incrementos de demanda energética mundial de las últimas décadas, el número de reactores permanece esencialmente estable desde hace 25 años; y al no haber construido muchas unidades nuevas en este periodo, su número decaerá próximamente porque la mayor parte andan ya muy viejitos.

(Fuente: European Nuclear Society)

Quizá para horror de algunos miembros de esta nueva generación de nuclearistas, la energía nuclear nunca se ha desempeñado muy bien en el mercado libre; su historia es una historia de estatalismo, monopolios públicos, militares, funcionarios, políticos, subvenciones, ayudas e inversiones con dinero de los contribuyentes. La energía nuclear de mercado no existe, no ha existido nunca. Comenzaremos por aquí.

Con dinero de todos, nuclear sí. Con mi dinero, nuclear ni de coña.

La energía nuclear comercial constituye el caso extremo de tecnología ultra-fomentada y protegida hasta el absurdo por fuerzas ajenas al mercado. Pese al victimismo del que suelen hacer gala sus proponentes, resulta imposible determinar las inmensas cantidades de dinero público y privado gastadas a lo largo de décadas para intentar hacerla rentable y segura, sin un éxito claro (al menos, mientras el gas natural siga por debajo de 5€/MMBtu). Por razones estratégicas, políticas y militares, la energía nuclear contó con subvenciones prácticamente ilimitadas durante la mayor parte de su existencia, bajo la forma de I+D militar, facilidades y ayudas a su instalación, absorción de pérdidas operativas por parte del usuario o contribuyente y sostenimiento público de una miríada de necesidades asociadas como las densas redes de vigilancia radiológica o la presencia de funcionarios de la seguridad del estado para proteger sus locales.


Muchos de quienes ahora lamentan los muy limitados subsidios públicos para el desarrollo de la energía nuclear de fusión suelen olvidar que la de fisión fue íntegramente investigada en laboratorios estatales (casi siempre, militares), a costa del contribuyente; fue implementada a gran coste por compañías eléctricas entonces públicas (Soyuzatomenergo en la URSS, las derivaciones de Atoms for Peace en los EEUU, Central Electricity Authority en el Reino Unido, Electricité de France en Francia, etc); y ha sido operada bajo las condiciones de garantía estatal ya reseñadas. Entre 1947 y 1999, la energía nuclear comercial en los Estados Unidos recibió subvenciones directas (sin incluir el efecto de los trabajos militares o las ayudas asociadas) por importe de 145.400 millones de dólares: el 96% de los subsidios totales al desarrollo energético en ese país (por comparación, la solar/fotovoltaica recibió 4.400 millones y la eólica, 1.300 millones).


A pesar de todo este dispendio, medio siglo después, la energía nuclear de fisión sigue sin ser más que marginalmente rentable, y sólo en algunos casos. Céntimo arriba o abajo, viene a salir como el carbón, el gas natural o la eólica, con una inversión inicial mucho mayor; tanto, que sigue dependiendo de la buena voluntad estatal, como en las recientes garantías sobre créditos que acaba de asegurar Obama para la construcción de dos de los tres primeros reactores nucleares en los EEUU desde los años '70. En Europa, los reactores de nueva generación en Flamanville 3 y Olkiluoto 2 han incurrido ya antes de su terminación en graves sobrecostes, retrasos y advertencias de las autoridades de seguridad nuclear, que se terminarán saldando con más dinero público.

De los 56 reactores nucleares que se construyen en la actualidad, 40 (el 71%) están en China, Rusia, Corea del Sur e India: países con necesidad perentoria de energía para su desarrollo, sobre todo en regiones remotas o pobremente conectadas a las grandes redes internacionales por razones geográficas. Y 50 de ellos (el 89%) pertenecen a empresas estatales monopolísticas, generalmente con intereses en lo atómico mucho más allá del libre mercado energético: los consorcios CNNC y CGNPG de China, Atomenergoprom en Rusia, KHNP de Corea, NPCIL de India, NEK EAD de Bulgaria, Taipower (Taiwan), Energoatom (Ucrania), Nucleoeléctrica Argentina, AEOI de Irán y PAEC de Pakistán, lo que deja sólo seis promovidos por la iniciativa privada y sus riesgos, aunque sean riesgos tan protegidos, intervenidos y subvencionados como ya indiqué.

En la práctica, nadie en el mundo está dispuesto a arriesgar sus bienes en nuevas centrales nucleares sin acceso garantizado por una u otra vía al talonario del dinero público, lo que en Occidente viene constituyendo un ejemplo clásico de privatización del beneficio y socialización de las pérdidas. Fuera de Occidente ni siquiera se molestan en mantener este teatrillo: todo lo nuclear es estatal de hecho, y se entiende como inversión estratégica, nacional y geopolítica con un componente de mercado secundario, a veces casi irrelevante.

De hecho, la liberalización de los mercados eléctricos en Occidente complica la apuesta nuclear. Una compañía estatal monopolística puede estar razonablemente segura de cuál será su demanda de energía y el valor de la misma en el porvenir, por lo que puede destinar grandes inversiones a largo plazo con cierta confianza; mientras que un operador en el mercado energético liberalizado está sujeto a los vaivenes del mismo y las acciones futuras de sus competidores, por lo que contemplará esta opción tan costosa y comprometida con menos interés.

El caso particular del accidente nuclear.

Desde los siniestros de Windscale-Sellafield en el Reino Unido, TMI-2 en los Estados Unidos y Chernóbyl-4 en la Unión Soviética, la seguridad de las centrales nucleares se ha incrementado enormemente (con una inversión también enorme); en la actualidad, se nos hace difícil concebir un accidente a gran escala en un reactor atómico moderno.

Y sin embargo, afirmar que una obra humana no puede sufrir un desastre constituye una vieja insensatez. De manera accidental o deliberada, todo lo que hacemos las personas (de hecho, todo lo que ocurre en este universo) puede salir mal y, a veces, rematadamente mal. Las instalaciones nucleares, por modernas y sofisticadas que sean, no constituyen una excepción.

El problema radica en que las consecuencias potenciales tanto humanas como económicas de una catástrofe atómica son mucho más graves y extensas, en el espacio y en el tiempo, que el peor accidente posible en cualquier otra clase de planta generadora de energía. Si una central térmica a carbón o gas explota, pues explota, arde una semana y se acabó: la mayor parte del mal empieza y termina ahí. Si un pantano revienta, pues hasta aquí llegó la riada, pero al día siguiente enterramos a nuestros muertos y empezamos a vivir otra vez. Si un molino eólico se parte en pedazos, en el peor de los casos le romperá la crisma a algún desdichado. Etcétera.

Un desastre nuclear a gran escala constituye una clase completamente distinta de catástrofe. Nunca se han podido cuantificar con exactitud las pérdidas materiales ocasionadas por el embalamiento de Chernóbyl-4, pero se estiman generalmente en cientos de miles de millones de dólares, incluyendo la pérdida de extensas regiones agrícolas, y diversos autores apuntan que fue instrumental en el estancamiento económico que condujo al colapso político de la Unión Soviética.

Aunque el número de víctimas humanas ha sido y sigue siendo objeto de discusión entre anti-nucleares y partidarios de la energía nuclear tanto allá como acá, resultaron afectadas cientos de miles de personas en distintos niveles de gravedad. El número de casos de cáncer de tiroides se ha multiplicado en las zonas afectadas, sobre todo entre niños y adolescentes, y también se observa una mayor incidencia de leucemias, malformaciones congénitas y empeoramiento generalizado del estado de salud (aunque esto puede estar relacionado con la grave crisis sanitaria, de atención infantil y de calidad de vida que se experimentó en muchas de estas regiones tras el colapso de la URSS). Las cifras, pues, oscilan entre las 47 víctimas directas del desastre y decenas o cientos de miles a lo largo de décadas; un informe conjunto de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, la Organización Mundial de la Salud y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo calcula unas 9.000 muertes en total, mientras otros creen que este informe incluye subestimaciones groseras y apuntan cifras aproximadamente razonables entre 10.000 y 60.000 a lo largo de 80 años, con algunos subiéndose a la parra por encima de las 100.000. En todo caso, el número de personas afectadas por diversos males y reducción de su esperanza de vida se contará con toda seguridad en los centenares de millar.

La cuestión es que en Chernóbyl-4 tuvimos mucha suerte. Y tuvimos mucha suerte porque la central se encontraba en una región remota del país más grande del mundo, con lo que la mayor y peor parte de la radiación cayó sobre zonas escasamente pobladas. La cercana ciudad de Kiev, con sus dos millones y medio de habitantes, se salvó porque los vientos dominantes alejaron mucha radioactividad hacia el norte, hacia las inmensas extensiones agrícolas de Bielorrusia; un fenómeno de inversión térmica también evitó que lloviera durante las horas peores.

En Europa Occidental, donde los países son mucho más pequeñitos y la densidad de población es mucho mayor, una catástrofe de este tipo pondría a millones de personas bajo densas lluvias radioactivas en breves horas, sin muchos lugares a donde ser evacuadas rápidamente. Incluso una burda superposición a escala del mapa de España sobre el de la zona de deposición primaria del peligroso radioisótopo cesio-137 durante el accidente de Chernóbyl nos da una idea clara de lo que podría significar para un país como el nuestro:

 
Zona de deposición primaria de cesio-137 durante el accidente de Chernóbyl, con mapa de España superpuesto a escala.


El alcance en el espacio y en el tiempo de un accidente nuclear es muy superior al de cualquier forma convencional de producción energética, y este es un factor que, pese a todos los esfuerzos propagandísticos, permanecerá por mucho tiempo en la memoria de las gentes y de quienes toman decisiones.

La crisis económica global.

Estamos viviendo en la mayor parte del mundo la que probablemente sea la mayor contracción económica desde 1929. Este hecho ha cambiado el perfil de los mercados energéticos globales, y lo que hace apenas tres o cuatro años podía significar una apuesta clara por el renacimiento nuclear, ahora está más bien oscuro por una diversidad de motivos, y entre ellos dos muy notorios:
  • La demanda energética global se ha estancado, y aunque esperan una pronta recuperación, ésta se prevé sobre todo en Asia (donde ya se está plantando la gran mayoría de los nuevos reactores). Como consecuencia, los precios del petróleo y el gas natural han regresado a sus tendencias habituales, lejos de las sacudidas especulativas de 2006 y 2007. A menos que los impuestos sobre el carbono para la prevención del calentamiento global se implanten en todo el mundo, esto significa que la situación que arrancó el renacimiento nuclear con tonos de urgencia ha desaparecido temporalmente, dando lugar a consideraciones más reflexivas. Con el petróleo por debajo de US$100/bbl y sobre todo el gas natural a menos de US$8-10/MMBtu, la energía nuclear no es realmente tan interesante, y aunque seguramente los combustibles fósiles terminarán superando esas cifras, no parece que lo vaya a hacer de manera tan inmediata como se temía hace tres años.
  • La crisis financiera y crediticia juega contra los proyectos que requieren grandes inversiones iniciales y largo tiempo de amortización; este es el caso exacto de la energía nuclear de fisión.  El coste de instalación de una nueva central nuclear oscila entre 2.500 y 9.000 dólares por kW(e), con el reactor de Olkiluoto-2 a US$4.400/kW(e) en estos momentos y todas las estimaciones para las nuevas centrales nucleares norteamericanas por encima de 4.100. Moody's calcula el coste final total para instalar cualquier nuevo reactor nuclear occidental en 5.000 a 6.000 dólares por kilovatio. China asegura haberlo conseguido a 1.300 y 1.500 US$/kW(e), lo que sería realmente competitivo. Pero en Europa o Norteamérica, estos costes de capitalización inicial de varios miles de dólares tienen que competir con los 869 dólares de una central a gas natural (1.558 con captura de carbono) o los 2.567 del ciclo combinado del carbón (3.387 con captura de carbono) (fuente). Esto se traduce en créditos más fáciles de conseguir, por su menor importe y más pronta amortización, que además sufren menor incertidumbre política y comercial. Por no hablar de la década larga que transcurre desde que te planteas en serio hacer una hasta que escupe el primer vatio, debido a su enorme complejidad.

¿Independencia energética?

Se ha postulado insistentemente que la energía nuclear de fisión es una forma eficaz de conseguir la independencia energética frente a países productores potencialmente conflictivos. Sin embargo, la industria nuclear es extremadamente dependiente de un número muy reducido de países, lo que puede conducir de hecho a cambiar una dependencia energética por otra.

Las mayores minas de uranio, por ejemplo, sólo están en Canadá, Australia, Kazajstán, Rusia, Namibia y Níger: muchos menos países que productores de petróleo o gas. Si se opta por combustible reprocesado, únicamente hay reactores regeneradores a gran escala en Rusia.

Hablar de mercado libre del uranio es una especie de chiste. Para empezar, el uranio no se negocia libremente, por motivos obvios. Para continuar no existe un mercado del uranio, sino dos: uno en torno a Occidente (Australia, América, Europa Occidental) y otro más allá de lo que venía siendo más allá del Telón (Rusia, Kazajstán, Europa del Este, China); obsta mencionar el clientelismo y el intervencionismo político que existe en ambos. Como consecuencia, tampoco existe ni siquiera un precio unificado del uranio, más allá de las fantasías de algunos aficionados a apostar en futuros: las condiciones de la operación dependen rigurosamente de las relaciones geopolíticas globales entre comprador y vendedor. En la práctica, una compraventa de uranio es una operación política, no económica.

Algunos componentes esenciales para la construcción de grandes reactores nucleares, debido a la deslocalización industrial, sólo se fabrican en un número muy reducido de países. Este es el caso de las grandes vasijas de presión necesarias para la mayor parte de los diseños presentes de alta potencia, cuyos únicos fabricantes actuales son Japan Steel Works, China First Heavy Industries y OMX Izhora de Rusia, a las que se quieren sumar Corea del Sur, Francia y el Reino Unido. Pero hoy por hoy, por ejemplo, Westinghouse depende por completo de Japan Steel Works para sus nuevos reactores AP1000.

Por tanto, la energía nuclear aumenta la independencia energética en combinación con otras fuentes, pero sólo la sustituye e incluso la reduce en solitario.

Proliferación de armas nucleares.

La proliferación de la tecnología nuclear civil crea un sustrato científico, tecnológico, industrial y económico para la proliferación de armas atómicas. Esto sólo se puede evitar en el caso de estados absolutamente clientes de tecnología nuclear, meros compradores de lo que les quieran vender sin nada que decir ni en el diseño de reactores ni en el ciclo del combustible. En el momento en que un país desarrolla o adquiere tecnología nuclear propia, la producción de armas nucleares se vuelve un problema sencillo de resolver, sólo compensado por las inspecciones de la Agencia Interenacional de la Energía Atómica.

La mayor parte de reactores comerciales actuales están diseñados para que sea difícil producir material militar con ellos: por ejemplo, el VVER-1000/446 que los rusos le están montando a Irán es especialmente incómodo para producir en él plutonio u otras sustancias de uso corriente en armas nucleares. Pero la ciencia nuclear es una sola, y difícilmente distingue entre civil y militar. La fantasía consensuada de los materiales de doble uso oculta el hecho simple de que todo es de doble uso (aunque unas cosas sean más prácticas que otras, a veces con mucha diferencia).

Una vez has formado un par de generaciones de físicos, químicos y tecnólogos nucleares, tus lagunas teóricas para desarrollar armas nucleares –incluso de cierta sofisticación– son mínimas. Si en ese mismo tiempo has desarrollado una industria nuclear extensiva, sobre todo si has hecho incursiones en el ciclo del combustible, los problemas prácticos para construirlas son sólo una cuestión de tiempo, dinero y voluntad política. Quizá no hoy. Quizá no mañana. Simplemente, cuando te lo propongas y quieras pagar el precio.

¿Y entonces, por qué estoy a favor de la energía nuclear?

Por muchos motivos, aunque diversos acontecimientos de los últimos meses me conducen a tenerlo cada vez menos claro. En primer lugar, porque es una energía práctica: plantas una central nuclear y se lía a tirar vatios con independencia de tus yacimientos energéticos, tu situación geopolítica o incluso tu red de distribución. Mira qué barquitos más monguis se están planteando los rusos para garantizar el suministro en zonas remotas.

En segundo lugar porque, no me fastidies, tira vatios sin parar aunque no haga viento, aunque no salga el sol, o aunque haya problemas de suministro con el petróleo o el gas o lo que sea. Es una energía fiable y sin estacionalidad de ninguna clase.

En tercer lugar porque, en el largo plazo y con contratos asegurados y garantizados por el estado, no es mucho menos rentable que la energía producida por medios convencionales. Porque su contribución a la independencia energética, aunque mucho menor que la asegurada por sus defensores, es real en combinación con otras fuentes de energía. Y también porque en las últimas décadas se ha ido volviendo muy segura, mucho más de lo que era en los '60, '70 y '80. Las probabilidades de un accidente nuclear a gran escala son hoy en día realmente bajas. ¿Nulas? No, nulas no. Los seres humanos siempre somos capaces de convertir una máquina que funciona perfectamente en un cráter humeante.

Como en cualquier otra cosa, la prudencia y oportunidad de la energía nuclear debe obedecer a un cuidadoso estudio de los riesgos y beneficios potenciales para cada caso determinado, bajo estrictos reglamentos de seguridad; no a la histeria de unos y la propaganda de otros. En todo caso, que nadie espere virguerías. El problema es que entonces las cosas dejan de estar claras y entramos en la difícil zona de los matices de gris, ya no es un partido Real Madrid vs Barça, ni nada utilizable en una diatriba PSOE-PP, ni una cuestión de buenos y malos o listos y tontos; se convierte en un complejo problema económico, político, científico y tecnológico, y eso no le interesa a los manipuladores de masas. Pero sí debería interesarnos a todos los demás, porque nuestro futuro depende en buena medida de las fuentes energéticas por las que optemos. Y la energía nuclear puede ser, o no, una de ellas.

26 comentarios:

  1. En favor de la nuclear hay que decir que no se suelen contar las victimas de las otras energías. Asustan más los muertos de la energía nuclear, pero si actualmente mueren varios miles de personas anualmente en la minería del carbón no creo que sea muy atrevido pensar en varios cientos de miles de muertos en las últimas décadas. A los que seguramente haya que sumar millones de afectados por esa horrible enfermedad que es la silicosis. Más los accidentados que acaban con una minusvalía. Mas el cambio climático. Mas el azufre...

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  2. Mas o menos de acuerdo en todo, pero hay 1 pro y 1 contra que me gustaría resaltar:

    -A favor de la energía nuclear esta el hecho de que, a diferencia de los combustibles fósiles, sus residuos normales (descartando accidentes nucleares del nivel de Chernobyl), son locales y no globales. Para la Tierra como ecosistema es mucho más soportable una serie de puntos con altas concentraciones de radiación, que el efecto planetario de los gases invernadero.

    -En contra de la energía nuclear, está el tema del almacenamiento a largo plazo de los residuos. Supongo que ningún estudio de coste económico de la energía contempla el precio de almacenar y custodiar, en algunos casos durante cientos de miles de años los residuos generados por las centrales.

    Ante estas consideraciones mi opinión es que nuclear sí, pero de la forma más limitada posible, para suplir aquello que no pueden cubrir las renovables, y durante el tiempo que cueste investigar la fusión.

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  3. En Europa, todas las energías están monopolizadas por los estados, así que la critica hacia esta energía por su dependencia de las subvenciones,no me parece acertada. Y esto no significa que no sea rentable, o al menos, no significa que no lo sea mucho más que otras más supuestamente ecológicas.

    Decir que la energía nuclear es igual de rentable que la eólica, me parece de chiste, sobre todo si tenemos en cuenta que se está comprando energía eléctrica a Francia, hecha en nucleares. Otra cosa es que necesite de una mayor inversión inicial.

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  4. Bueno Lino, en realidad, si bien es cierto que intercambiamos energía con Francia, en el cómputo global somos exportadores netos de energía. Se produce en España más de la que se consume. Lo puedes ver en las estadísticas de Red Eléctrica.

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  5. Puesdo preguntar qué es un "barco mongui" Porque leyéndolo sólo se me ha ocurrido una expresión: :roto2:

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  6. Pau, gracias por la información, pero mientras saco tiempo para ver esas estadísticas, te estaría doblemente agradecido si me explicaras para que demonios compramos energía a Francia si tenemos de sobra.

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  7. Lino, en un sistema como el eléctrico no se puede cubrir el 100% de la demanda, durante el 100% del tiempo. Por ese motivo, las redes están interconectadas y los diferentes países se intercambian energía para compensar los momentos pico y valle.

    He sacado de la memoria anual de REE las tablas con los intercambios internacionales durante 2008:

    http://img37.imageshack.us/img37/6020/intercambios.jpg

    Puedes consultar el documento completo en aquí:

    http://www.ree.es/sistema_electrico/informeSEE.asp

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  8. Pau, como he prometido, dobles gracias.

    No obstante, a tenor de tan interesante documento, me gustaría compartir algunas observaciones:

    Por lo que creo he entendido, corregidme si me equivoco, respecto a Francia entonces importamos energía, mientras que con Portugal o Marruecos la exportamos, presumiblemente porque los momentos deficitarios para estos países son mayores que los excedentes, en comparación con España. De forma similar con Francia pero a la inversa.

    Esto significa, que en el computo general relativo entre países, Francia tiene más excedentes en relación a España, y España más en relación a Portugal y Marruecos. A falta de confirmar este dato, creo que ya se que es lo que tiene Francia que no tiene ninguno de los demás países mencionados: CENTRALES NUCLEARES.

    El computo general español sale positivo gracias a que tiene a Marruecos y Portugal con déficit energético, a los que les suministra energía más que al contrario.

    Otro dato curiosos es que Extremadura, contigua a Portugal y presumiblemente gran exportadora, tiene su practica totalidad de su producción de energía en..., si en efecto, Centrales Nucleares.

    Saludos

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  9. No conozco en profundidad el sistema energético francés, pero teniendo, si no recuerdo mal, 54 centrales nucleares, lo lógico es que sean extremadamente excedentarios.

    Que las nucleares producen mucha energía de forma eficiente es un hecho que nadie puede discutir. Lo que es discutible es, hasta que punto es rentable a largo plazo asumir los costes de la energía nuclear a gran escala, cuando, como vemos en el caso de España, se pueden suplir las necesidades sin un uso tan exagerado de la energía nuclear.

    Qué va a pasar en Francia cuando tengan que desmantelar todas esas centrales?
    El coste es astronómico.

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  11. Si que se ha comparado sin embargo, la energía nuclear con la eólica, suponiendo que es igual de rentable. Si fuera solo por rentabilidad estaríamos aún con el Carbón. Suponiendo la rentabilidad como el coste por kwh, no es únicamente este factor el importante. Es como la publicidad en las empresas, es una decisión estratégica a largo plazo.

    Estoy de acuerdo en que si el sistema es sostenible, montar centrales nucleares por montar, pues no me parece necesario, claro.

    Pero tal y como está el panorama tengo claro que si no se hace es por pura política y demagogia, ya que de ser necesario o hubiera negocio, las centrales se montaban pero con los ojos cerrados, antes que varios centenares de aerogeneradores.

    Sobre los futuribles del desmantelamiento no tengo argumentos, pero entiendo que tendrán que irse retirando cuando haya alternativa y/o por vejez en las instalaciones.

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  12. Bueno mi comentario no tiene nada que ver con esta noticia. Pero porqué no hay ninguna noticia en los blog científicos acerca del E-ELT que quizás se quede en España. Ahora necesita todo nuestro apoyo!!! La decisión va a ser política o económica. Supone una inversión de 300 millones de los 1000 millones sólo para empresas españolas en el desarrollo del E-ELT (alta tecnología). No más tijeretazos después de la fuente de neutrones.

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  13. Las decisiones se tendrían que tomar por especialistas y con un criterio equilibrado y tomando en cuenta todas las circunstancias que rodean este tipo de proyectos y también las circunstancias de los proyectos alternativos tal como se expone en este artículo.

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  14. Es cierto que de un tiempo a esta parte ha crecido una corriente de opinión pública que convierte de repente a la energía de fisión en poco menos que la octava maravilla. Buena, bonita y barata, ¡que me la quitan de las manos señora! XD

    No se qué parte habrá de manipulación interesada en ello, aunque estando como está este sector energético viéndole las orejas al lobo... me lo imagino.

    Ya podía ser buena, bonita y barata... ya. Buena es un rato largo, bonita... según los ojos con la que los mires. Barata ni de coña, aunque todos hayamos visto por ahí esos gráficos tan bonitos de coste por kW en los que sale ganadora. Claro, luego le hicieron el control antidoping y salía ganadora porque no se le habían sumado unos cuantos costes propios.

    A ver si va ser por eso que las que salen como setas son las de ciclo combinado... :P

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  15. Antes de nada, dar mi enhorabuena por este post a Yuri. Aunque no suelo dejar comentarios (Ni aquí ni en FC) siempre es un auténtico placer leerte.

    En primer lugar, una pequeña puntualización y es que no hay instalaciones de ciclo combinado de carbón (Al menos las que yo conozco, sino mea culpa) todas funcionan con gas natural.

    En segundo lugar aclarar a Lino que Francia nos vende energía...Pero nosotros tambien a ellos. Uno de los grandes problemas técnicos es la imposibilidad de almacenar la energía producida, lo que nos obliga a preveer el consumo y programar la producción (Mas un margen de error) Así que lo que hacemos es, mas o menos "lo que te sobre a ti, mándamelo pa acá" (Dentro de las posibilidades de a red de transporte, claro está...)

    El caso de Francia, además es particularmente distinto al de España: Francia posee y desarrolla tecnología nuclear propia, la cual viéndolo desde un punto de vista económico, no deja de ser una inversión que hay que rentabilizar (Y la única forma es venderle a un cliente tu producto, en este caso, Finlandia o China)

    Mientras que en España no poseemos tecnología nuclear propia, sino que es comprada a EEUU y ya tiene sus añitos...(Esto último agradecería mas información, porque en el aire está el, no sé si secreto o conspiranoia, de que España podría fabricar una bomba en cuestión de horas y como ha dicho Yuri en el post a propósito de Irán, para eso ya hace falta desarrollar tu propia tecnología)

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  16. Makinen, gracias por la aclaración pero no sé si he entendido tu comentario.

    Claro que vendemos energía a Francia, pero menos que la que ella nos vende a nosotros. Como he explicado, supongo que es porque Francia es menos deficitaria que nosotros al cabo de un año, que es el periodo del estudio. Y, decía, que esto es debido a la diferente infraestructura energética, en este caso, de las centrales nucleares.

    España sale bien parada a nivel estatal o nacional, debido a que tiene un mercado que no tiene Francia, que es Portugal y Marruecos. Pero además se observa que parte de esa ventaja es también debida probablemente a las centrales nucleares de Extremadura. La cuestión es que lo que marca la diferencia en un país desarrollado es la energía nuclear, no la eólica, pese a que cogiendo la calculadora salga el kwh a un precio parecido, pero claro, sin tener en cuenta la enorme discontinuidad de la eólica, y que la nuclear una vez amortizada la inversión inicial es con creces la más productiva.

    Por supuesto el otro factor es la tecnología propia, que viene a demostrar todavía más lo que digo. Yo tengo claro que a este paso y con esta amplitud de miras no la tendremos ni a largo plazo, eso si, pero a Francia le seguiremos comprando energía hasta que Portugal se ponga nucleares como las nuestras y ya no tenga que comprarnos. Entonces vendrán los lloros.

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  17. Hola Lino! Gracias por aclararme tu punto de vusta, porque quizás en mi comentario me fuí un poco por las ramas. De todas formas discrepo un poco contigo.

    Por lo que he entendido de tu comentario (Y si no es así te ruego que me corrijas) basas el progreso de una nación en el nivel de desarrollo de la tecnología nuclear que posee. Según tu, el sistema energético ideal sería aquél en el que hubiera una clara mayoría de nucleares (Como en Francia) porque tienen una clara mayor disponibilidad sobre las renovables. Te explico por que no estoy de acuerdo:

    Las nuclares no son las únicas capaces de suministrar una potencia continua y sostenida en el tiempo, tambien lo son las térmicas (Las centrales nucleares y térmicas son "practicamente" iguales, cambiando solo, por así decirlo, la forma de calentar el agua).

    Aquí es donde me parece interesante la mención que ha hecho Yuri en su post sobre la relación de costes derivados de producir electricidad en uno y otro tipo de plantas: La nuclear sale rentable siempre y cuando los variables precios de los hidrocarburos se mantengan por encima de un precio mínimo. Si ese precio es inferior (Como sucede ahora) resulta mas económico quemar gas es una térmica. Claro está que los hidrocarburos son infinitamente mas vulnerables a especulación que el uranio, pero cuando su precio es bajo y nosotros solo podemos producir energía por via nuclear, estaremos produciendo energía mas cara y aquí quiero hacer una reflexión sobre la importancia del precio de la energía.

    Y es que la energía, al fin y al cabo, es lo que mueve nuestra sociedad. Los paises ya no son autosuficientes, importamos productos foraneos al mismo tiempo que vendemos fuera los nuestros. Sin energía no tendríamos industria y por tanto no fabricaríamos nada que pudieramos exportar (A no ser que nos hagamos alfareros y herreros artesanos...) Pero al mismo tiempo, nuestros productos tambien tienen que competir con los de otros. Tenemos que lograr que los costes derivados de fabricación sean mínimos y uno de ellos, fundamental porque sea cual sea la actividad de una empresa esta siempre consume energía, es lograr unos precios competitivos ¿Como vamos a lograrlo si la producción está anclada a una sola fuente, sea nuclear o térmica?¿No sería mejor diversificar las fuentes para intentar mantener los precios de nuestra electricidad a salvo de especulaciones de mercado o de decisiones geopolíticas?

    Creo que Yuri ha dado en el clavo al señalar que la energía nuclear no es ni la piedra filosofal que nos traerá riqueza y prosperidad...Ni el demonio azúl fluorescente (Como la luz de Cherenkov...) que la histeria colectiva y en parte la propaganda pretenden vender, a este respecto me parece muy acertada la cita de Goebbels y a mi me gustaría añadir una de Marie Curie (Quien además sabía un poco sobre estas cosas...) que reza "Las cosas no están para temerlas, sino para entenderlas"

    En cuanto a basar el desarrollo en medir lo avanzada que está tu tecnología nuclear...Bueno, eso quizás en la Guerra Fria si... pero en estos tiempos me parece que hay muchas otras alternativas técnicas, científicas y empresariales que pueden marcar un factor diferenciador de nuestro pais con su entorno. De todas formas, como he dicho antes, para que estas alternativas industriales funcionen tienen que ser competitivas aconomicamente y para eso tenemos que ser capaces de producir energía barata.

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  18. El problema de la energìa atómica son los residuos nucleares.
    Fíjate que en la ARGENTINA del sirio simio MENEM el neo capitalismo mundial habìa ideado un cementerio de residuos nucleares mundiales en la PATAGONIA ARGENTINA.
    No se cuantos millones de dólares habìa ideado el gobernante argentino ahorrar con esa propuesta,a quien seguramente no le importaba para nada que se contaminaran humanos ,animales y vegetaciòn de la zona circundante.
    Comenzaron los trabajo ,y los tenìan avanzadísimos ,gracias a DIOS la gente se movilizò con mucha precisiòn y lo suficientemente insistente.

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  19. Hola Makinen. Bueno, no no es exactamente como dices. Es decir, no es que yo opine que para que un país sea desarrollado haya de tener energía nuclear principalmente, sino que los países desarrollados tienen energía nuclear. O sea, no es tanto mi opinión como mi interpretación de los hechos.

    Podemos estar dando vueltas y vueltas a las energías, cuando estamos viendo que los países desarrollados casi sin excepción tienen energía nuclear, y además la aprovechan. Estoy de acuerdo en que no es la energía definitiva, eso no creo que lo haya afirmado nadie, solo digo que no hay que restarle importancia o minimizarla con comparaciones con la eólica, y que las actuales moratorias y otras discusiones sobre este tema son solo posturas cara a la galería.

    La cuestión es que los países que no se andan con tontería de estas, tienen sus propias nucleares, su propia industria, y tendrán sus propias lo que sea y etc, y con su aporte energético asegurado.

    Y si, el tema de los residuos es un problema, pero los cementerios nucleares no contaminan, salvo que haya un cataclismo.

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  20. Hola de nuevo Lino. Vaya, creo que no nos entendemos, porque yo tampoco he dicho que reniegue de la nuclear en favor de la eólica, ni mucho menos. Creo que la nuclear es muy necesaria. Pero coincido con Yuri en que creo que no es el santo grial de la sociedad desarrollada.

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  21. Pues no, lamentablemente no nos entendemos, ya que yo tampoco he dicho que tu hayas dicho que (sic) reniegues de una en favor de la otra, sino que estoy diciendo desde el principio que lo ha dicho Yuri, a quien tantas flores le hechas. O al menos las ha puesto al mismo nivel, lo que me parece incorrecto, tal y como he explicado.

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  22. Vamos a ver:

    1. Nosotros también tenemos nuestras propias nucleares, nuestra propia industria. Lo que pasa es que estamos en el grupo de países que no quiere más nucleares, y seguramente no necesita más nucleares.

    2. Eso de "las centrales de Extremadura" no tiene ningún sentido. La electricidad va al "pozo" de Red Eléctrica Española y de ese "pozo" se saca tanto para el consumo interior como para la exportación. Existe un factor de proximidad geográfica (compensación de pérdidas), pero tan electricidad para Portugal es la energia de Almaraz como la de la térmica de Huelva como las eólicas gallegas.

    3. Como ya se te ha explicado extensamente, España es exportadora neta de electricidad y lo es desde hace años, a pesar de la propaganda de los habituales.

    4. Además de ser exportadora neta de electricidad, es que se intercambia constantemente energía entre las redes de los países vecinos, aquí, en toda Europa y allá donde se da una situación parecida. 24 horas al día, 7 días a la semana, está circulando electricidad en ambos sentidos. Lo importante es, claro, el saldo final.

    5. Hoy por hoy, veo la energía eólica como más o menos equivalente, unas cosas por otras, a la nuclear. Su coste de instalación por kilowatio es bastante inferior, su coste operacional por kilovatio es un poco superior, la estacionalidad de una se compensa por el problema de los residuos y el riesgo de accidente a gran escala de la otra.

    6. Con respecto a la inexistencia de una "energía nuclear de mercado". Así es. En Occidente, las empresas privadas construyen habitualmente centrales convencionales a su propio riesgo. Salvo algún caso puntual en EEUU, y aún así tremendamente subvencionado por la "infraestructura", nadie ha construido jamás una central nuclear a su propio riesgo. Las nucleares se construyen, y sus pérdidas se sufragan, con dinero público; bien de manera directa (inversión estatal) como indirecta (subvenciones, tasas, garantías sobre pérdidas, etc).

    8. Por cierto, una curiosidad. La famosa "energía nuclear francesa" que importábamos cuando aún importábamos energía ascendía aproximadamente al... 1% de las necesidades totales. La frasecita de "importamos energía nuclear francesa" es una falsedad demagógica a muchos niveles.

    Es más, estoy pensando en un artículo futuro para aclarar todos estos extremos.

    Un cordial saludo.

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  23. Hombre Yuri, por fin has aparecido, alegro me de ello, oye.

    La cuestión es entonces por qué no se quieren más nucleares y por qué no se necesitan, si es que es así.

    Si insisto en comentar en un sitio, es porque aprendo cosas, por lo que estoy agradecido en el «saldo general». Respecto a esto, sigo sin tener claro lo de la importación o no importación de energía. Pensaba que con lo del gráfico estaba claro. Exportamos energía si, pero de Francia no. Creo que esto habría de aclararlo antes de nada. Me temo que nuevamente tendré que esperar ese artículo «aclaratorio».

    Ya por último, lo del mercado de energía, el único que veo es de las subvenciones a solares, eólicas, y ahora con el tema de las emisiones de CO2, ahí si que hay mercado con el dinero público, desde luego.

    Otro saludo cordial

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  24. Lino:

    Lamento si ha parecido que "sonaba fuerte". :) No era mi intención, quería ser fundamentalmente clarificador (aunque me fastidie la historia esa de la "importación de energía nuclear francesa", en esencia porque es muy manipuladora y se aprovecha de la ignorancia de la gente).

    Pero sí quisiera dejar claro que las subvenciones a la solar, la eólica y el tema de las emisiones de CO2 no es más que una fracción de todo lo que se ha subvencionado a la energía nuclear a lo largo de las décadas (y se sigue haciendo en varios países importantes).

    En materia energética, no hay nada tan claro como algunos han querido presentar. Tú sabes mi opinión sobre la energía nuclear, soy a grandes rasgos favorable en los momentos y lugares oportunos, pero eso no me impide ver sus limitaciones y su posición esencial de equilibrio en cuanto a ventajas e inconvenientes con otras fuentes de electricidad. No es la panacea. Ni siquiera es la energía para el futuro como quieren vender algunos, aunque tampoco del pasado como pretenden otros. Es, simplemente, una más; y, como menciono en el artículo, hay países perfectamente cabales que optan por ella y otros igualmente cabales que dudan de ella.

    Un saludote. :)

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  25. Hola Lino.

    Quería aclarar que cuando dije que "parece que no nos entendemos" lo hice en tono jovial queriendo expresar que, aunque coincidimos en una opinión global (A favor de la energía nuclear) no pensamos igual en detalles como su importancia o su trasfondo social. No fué mi intención atacarte ni mucho menos ser borde.

    Y por mucha flor que tire no significa que no sepa echar tomates también (De todas formas solo digo que estoy de acuerdo con lo que dice y eso no es echar flores...Al fin y al cabo de lo que se trata es de comentar el post).

    Un saludo y estaré expectante a ese artículo sobre el mercado energético

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  26. Conozco el caso de Francia.En este verano tuvieron que funcionar a medio gas por que la temperatura de los rios aumentó debido a la canícula.Pasa con frecuencia,así como cuando los caudales disminuyen por diversos motivos.
    Tal vez sea el modelo y la forma de una sociedad absolutamente de locos,derrochando energía en trabajos que no queremos para consumir cosas que no necesitamos lo que haya que poner en questión.Todo lo demás son conjeturas acerca de cuestiones técnicas y ninguna de sus soluciones seran acertadas,como mucho justificaremos estar contra o a favor.El carbón,chungo,centrales de ciclo combinado..hidroelectrcas...cada cosa tiene su contra y por supuesto como no soy moderno la nuclear es...la bomba en todas sus acepciones,económica,social...y vamos,no nos engañemos el final es como lo de las cárceles,todo el mundo quiere que haya muchas con los delincuentes dentro,pero ninguna cerca de casa.

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